Aunque Rosa Moya Alcañiz nació en la manchega localidad de Villarrobledo (Albacete), se trasladó a Madrid, con toda su familia, cuando contaba tan solo con cuatro años de edad. Tras finalizar los correspondientes estudios primarios y el bachillerato en el Instituto Ntra. Sra. de la Almudena, en el barrio de Chamberí, decide cursar la carrera de Magisterio, aunque nunca llegó a ejercer.

Las necesidades de una familia numerosa la obligaron pronto a entrar en el mundo laboral, siempre difícil y convulso, de la gran ciudad. Simultáneamente a algunos trabajos de diversa índole, estuvo matriculada durante un par de años en la ya desaparecida Escuela de Artes y Oficios de Madrid, donde iniciaría su formación artística, y desde muy pronto descubriría, además de su talento y destreza para el dibujo y la pintura, el gran placer que ambas disciplinas le reportaban. Pero los continuos vaivenes de la vida laboral obligan a Rosa a dejar la escuela cuando apenas había llevado a término unas pocas obras en las que no llegó a utilizar el color.

Habrían de pasar más de cuarenta años para que retomara el contacto con la paleta y los pinceles. Un hecho singular, como fue la pandemia que asoló el mundo a principios de 2020, la lleva a retomar vía Internet aquella afición que ahora sí se muestra claramente como algo que puede dar sentido a su vida. Primero bajo la dirección de algunos pintores que utilizaron este medio para poder llegar a sus alumnos, como Hángel Montero o Fermín García Sevilla, y luego, ya de forma presencial, de otros que, conscientes del potencial artístico de Rosa, fueron modelando la base sobre la que hoy edifica su arte.

Rosa se encuentra con frecuencia ante la siempre difícil decisión de romper barreras y mostrar su identidad individual. Se trata de una artista que se encuentra igualmente cómoda entre las distintas técnicas de pintura, ya sea óleo, acrílico o acuarela. Su estilo va desde la figuración hasta el costumbrismo, y frecuenta con apabullante naturalidad géneros tan dispares como el retrato, el paisaje, el bodegón o la alegoría.

Hoy, que su retiro laboral se lo permite, dedica una gran parte de su tiempo a la pintura e incluso ha aportado sus obras a algunas exposiciones colectivas en galerías de Madrid.

Miembro de AEPE (Asociación Española de Pintores y Escultores). Asociación que el pasado 26 de abril de 2024 cumplió 114 años.